El 17 de marzo de 1992 un atentado cometido por la organización terrorista Hezbollah destruyó el edificio donde se encontraba la Embajada de Israel en Buenos Aires, en el corazón del barrio porteño de Recoleta. En el ataque, fueron asesinadas 29 personas y más de 200 resultaron heridas.
Hace exactamente 32 años, en una tarde teñida con colores casi otoñales, el terrorismo internacional irrumpía en Argentina de una manera abrupta y desgarradora. Aquel 17 de marzo, la paz y la tranquilidad de Buenos Aires fueron brutalmente interrumpidas, dejando una huella imborrable en el corazón de la nación y en la memoria colectiva de su pueblo. Una huella profunda, y una herida abierta que aún hoy, décadas después, sigue sangrando en espera de justicia.